Los trucos son la medicina perfecta para las emergencias, sobre todo a la hora de encarar tareas apremiantes. Necesarias. Obligatorias. y que no queda otra.
Lo difícil de las tareas de limpieza en cuando no tienes alternativa ya que podemos quedarnos en el sillón en lugar de ir al gimnasio, estudiar la última noche antes del examen, encargar una pizza a domicilio, picando y removiendo alimentos en la cocina, pero no podemos vivir en un basurero.
Así que, sin vías de escape, podemos optar por los atajos. La vida es más sencilla con esos atajos que nos regalan horas de sueño y, sobre todo, un resultado mucho más presentable poder llevar a casa a cualquiera: desde novio o novia a la que se quiere impresionar en la primera cita, hasta ese compañero de trabajo que se llega de imprevisto por nuestra departamento o casa sin avisar y al que no podemos dar mala impresión. Y es que, aunque pensemos que nuestra madre o nuestro padre nos han pasado todos sus conocimientos para mantener la suciedad a raya, existe vida más allá de saber cómo limpiar a la primera los espacios de la casa.
1. Las manchas ¿permanentes? de la alfombra
La alfombra es el rey de acumular suciedad. Es como un imán que atrae todo tipo de cosas: que si pelos, que si restos de comida, que si un perro que se dedica a comer en ella... Pero lo peor llega cuando esa suciedad lleva de la mano una mancha. Hasta el momento de que con una escoba o una aspiradora se puede eliminar, no pasa nada. Lo malo llega cuando la suciedad es para siempre, hasta que se lave o se lleve a la tintorería -con todo el tiempo o dinero que ello significa-.
¿Y cómo nos deshacemos entonces de la mancha? La clave no son los detergentes o los jabones, sino el vinagre. Sí, echar un poco de vinagre en la mancha y un poco de bicarbonato, dejar actuar hasta que aparezcan las burbujas, frotar con un trapo húmedo blanco, dejarlo secar y adiós a la mancha.
2. Manchas de pluma en las mesas.
No hace falta tener niños en casa para enfrentarse a una mancha de pluma o plumones sobre la superficie de cualquier mesa. Aunque la opción de no quitarla siempre está presente, para eliminarla la clave -para todo tipo de materiales- es limpiarla con un estropajo o paño mojado en leche.
Si con el pluma el problema está más o menos solucionado -a no ser que haya dejado surco-, en el caso de los plumones, la solución tampoco es igual de fácil. En su caso se cambia la leche por la pasta de dientes para volver a dejar la mesa como si no estuviera manchada.
3. El fin de las migas o migajas en la tostadora
Todos aquellos que desayunan tostadas tienen pesadillas con la tostadora. Si andan cortos de tiempo, la recogen e intentan olvidarse de las migas. Sin embargo, la siguiente vez habrá más y se irán acumulando paulatinamente en rincones insospechables por mucho que nos empeñemos en sacudirla sobre el fregadero. A pesar de nuestros esfuerzos en vano, existe un truco para eliminarlas y olvidarnos de ellas temporalmente. ¿Cómo? Con un cepillo de dientes seco o con un cepillo limpia biberones (muy bien envuelta para que el metal no toque los componentes) hay que barrer el interior para que las migas escondidas salgan, sacudir otro poco para no perder la costumbre y prácticamente listo.
Estamos para ayudarte, y espera muy pronto otra nueva sección de tips de limpieza
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